miércoles, 23 de enero de 2013

Yo y mi flequillo luchador.

Cada uno tiene sus dificultades en la vida, tenemos nuestros retos a cierta edad que nos hacen más fuertes.
A algunos nos pone a prueba desde el principio y nos pone muy cuesta arriba el día a día, pero estoy convencida de que eso nos ayuda a ser mas fuertes a los que tenemos la desgracia de sufrir esto.

Aprendemos a protegernos solos, a luchar por lo que queremos y necesitamos y por salir adelante. Puede ser que se pase muchas veces, y que te den ganas de tirar la toalla, a mi me pasa. Si conseguimos sobrepasar todos estos baches confio en que se nos recompense de algún modo más adelante en la vida.

Yo me siento una persona fuerte, y decidida, valiente por necesidad, e inteligente. Sé que por muchas pegas que tenga mi vida hasta el día de hoy, he podido con todas ellas, mejor o peor, pero he salido adelante, y sé  que eso me hace mejor persona. Quizás haya sufrido en mis casi 22 años más de lo que debería, quizás he vivido situaciones que ninguna persona debería vivir, pero oye, aquí, eso dice algo ¿no es así?

Sé que hay algunas personas, escasas, pero suficientes, que están ahí para cualquier cosa, y que si les llamo de madrugada, saldrán de la cama para ayudarme si lo necesito. Soy muy afortunada en ese sentido, puedo contar con una sola mano a mis verdaderos amigos, y me sobran dedos...¿escasos?, puede, pero son muy buenos amigos.
Me han ofrecido refugio, recursos y cariño cuando mas lo he necesitado, y dejarían muchas cosas si así pueden ayudarme. Les agradezco a todos ellos que estén a mi lado, sin ellos, no tendría fuerza para seguir adelante.

No es que tenga muchas esperanzas en el futuro, no confio en poder olvidar todas esas cosas que me han ido pasando, y solo espero que pueda ser feliz siendo como soy, la persona que he tenido que crear por mi propio bien.
Posiblemente sea una de las personas mas independientes que os podais encontrar, me he tenido que hacer así para protegerme de todo lo que había alrededor, y estoy tan falta de algunas sensaciones y sentimientos que algunas veces, me dan ganas de rendirme y quedarme en la cama, pero siempre acabo levantándome y siguiendo mi día a día con la esperanza de que ese día sea el el inicio de una nueva vida.

Tengo alergia a algunas situaciones, que son muy comunes, y me cuesta pronunciar algunas palabras mas de lo normal, sé que seguramente seré incapaz de superar esto, pero tengo que saber vivir con ello. Me da pena que sea así, ya me gustaría a mi tener una vida mas corrientucha y poder decir y sentir todo lo que ella implica, pero si no puedo, tengo que asimilarlo y vivir con ello lo mejor que pueda.

Cambiaría muchos aspectos de mi vida, aún sabiendo que eso haría que no fuera la misma persona, pero al menos así, no sentiría el agotamiento que siento ahora con tan solo 21 años, ni sentiría que no tengo muchas mas fuerzas restantes. He gastado demasiado en el principio de la vida, y muchas veces me pregunto si  me quedará suficiente ánimo y valor para afrontar lo que me queda.

Eso sí, si mi destino es este, al menos que los pocos momentos buenos que tengan, les haré intensos, y lucharé con todo lo que pueda, por no rendirme ante los malos. Si tengo que perecer, al menos que sea luchando.

Sé que yo y mi flequillo tenemos muchas batallas aún que pasar, y aunque ya no nos queden muchas fuerzas, lucharemos hasta el final, y que no se diga, que nos rendimos, que nos dejamos llevar por la mala suerte de la vida.

Luchar por seguir con vida cada día, enfrentarte a las cosas mas escalofriantes que existen, con valentía  y decisión , protegerte de los peligros más cercanos, intentar superar todos los impedimentos y nunca dejar de mejorar, han sido algunos de mis ideales desde que tengo uso de razón y lo seguirán siendo. He tenido que sobrellevar muchas situaciones difíciles que requerían mucha fuerza y valor y saber que cada día puede ser el último me hace vivir al máximo cada instante de esas 24 horas.

Yo y mi flequillo tenemos aún mucho que vivir.

domingo, 13 de enero de 2013

Ñaaaa

Que bonito es darse cuenta de que te encanta mirar a esos ojos marrones, que dormirías un día entero siempre que estuviera a tu lado, que te tienes que morder la lengua para no decir algo.
Yo me pierdo cada vez que me sumerjo en su mirada, me acurruco entre sus brazos siempre que puedo y pediría siempre cinco minutos más si fuera por estar junto a él.

martes, 8 de enero de 2013

Puja alto.

Porque  es todo tan mierdosamente difíicil. Yo no lo veo tan complicado, pero parece que la vida se empeña en hacer que tengamos que ganarnos cada minuto que vivimos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

A golpes de pulgar.

Me juré y me perjuré que nunca más volvería a sentir esa sensación, que no dejaría que me invadiera ese sentimiento, que me gobernaría a mi misma para que no volviera suceder. Dije que no me quería dejar llevar por algo tan sencillo como una mirada. Me engañé diciendo que lo que estaba empezando a suceder era inocuo, que no me podría y que sería capaz de ver la situación con neutralidad y relajadamente.

Pero me equivoqué. Estoy tan metida en la situación que ya no distingo lo bueno de lo malo, no sé si dejarme llevar o ser precavida, no se si tener agallas o guardármelas, si tener arrebatos de sinceridad o ser cauta por lo que pueda pasar. Estoy en un mundo con mucha ambigüedad, dónde solo existen las palabras y expresiones como `` quizás´´ ,``es posible que´´, `` a ver que pasa´´....

Soy muy consciente de que no tengo agallas y tampoco estoy muy segura de querer tenerlas, lo que si sé es como estoy sintiéndome y que aunque no este preparada, algún día, estos sentimientos se resbalarán por mis labios y saldrán a la luz, probablemente en el momento más inadecuado, y todo se decidirá en cuestión de segundos, y no precisamente bajo un pulgar arriba o un pulgar abajo, más bien por una sonrisa y una mirada de complicidad o una cara mustia y una mirada de pena.

 Yo no decidiré si mis sentimientos viven o mueren, yo aprendo a convivir con ellos hasta que alguien me diga si debo cogerlos cariño o tirarles por la borda y no volver a verlos.

martes, 18 de diciembre de 2012

Miradas entre suspiros.

Y así es como una vez más, entra el aire gracias a un suspiro, se me acelera el corazón y siento temblores en mi cuerpo. No me atrevo a mirar, no sea que me lo encuentre, quiero escapar, se está acercando, tengo que evitarlo, pero no puedo, mis ojos empiezan a girarse más y más hasta que se lo encuentran y entonces, todo reacciona en cadena, pulsaciones, sonrisa, pestañeo, nervios, me sonrojo, y ahí estoy otra vez conquistada por una mirada, no suspires, no, no lo hagas. Hhhhmmmmaaaaa, todo vuelve a empezar.

Podría alimentarme de mis suspiros ahora mismo, no necesito más, que un par de vistazos rápidos hacia un lado para sentir como me encuentro, en cada momento que paso cerca. No quiero ya volverme, me gustaría quedarme mucho tiempo ahí y sentir ese escalofrío por mi cuerpo cada vez que se nos cruza momentáneamente una mirada.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Creo que me gusta.

Me gusta el olor de la lechuga recién lavada, de la lluvia en el campo, adoro las briznas de cenizas al rojo vivo que desprenden las hogueras, casi tanto como tumbarme en el césped bocabajo y rozarle con el empeine del pie.
Tengo la manía de colocarme el flequillo nada más levantarme, como si fuera algo imprescindible para empezar mi día, pienso cada noche que me voy a poner al día siguiente y casi nunca me pongo lo que decidí.
No he estado a dieta en mi vida, aunque siempre me ha llamado la atención el intentar hacerlo, por ver si tendría fuerza de voluntad. Sonrío cuando menos me lo espero y soy incapaz de hacerlo cuando más lo necesito. Me gustan los pantalones ajustados, aunque no marcando y siempre me los compro desgastados, y si no lo están ya me encargo yo de que lo parezcan.

Vivo al día, no dejo nada para el día siguiente si se puede hacer en ese instante. Me declaro fan de esa gente  que se ríe cuando a de frente tuyo en la acera y se mueve al mismo lado que te moviste tu para evitar chocarte, y odio a los niños que corren mirando para detrás hasta que se chocan contra tus piernas y te miran con carita de ¿y tú de dónde sales?

Si hay algo que adoro es el sonido del viento entre dos calles y la sensación que se siente al bajar un puerto de montaña a toda velocidad en una bici mientras te da la brisa en la cara y despejas tus pulmones.


Si algo he aprendido este tiempo es que si suspiras es porque hay una buena razón para hacerlo, y que cuando lo haces muchas veces seguidas es porque hay alguien que te hace sentir tan bien que no puedes remediarlo, a veces cuando esto me pasa me sonrojo y me sonrío porque sé lo que significa, y otras veces me gustaría bajarme de la nube en la que los suspiros me adentraron.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Si todo fuera chocolate

Porque en realidad no existen las nubes de algodón, ni los chicles que mantengan el sabor durante todo el tiempo que te gustaría, porque por mucho que te esfuerces en poner la estrella lo más recta posible en lo alto del árbol nunca lo estará del todo. Igual que el césped no es solo verde, ni el pintalabios es solo rojo, los sueños que tenemos no todos son realizables.
Sé que se puede sonreír en cualquier idioma y llorar en todos los dialectos, soy consciente de que la diferencia entre ganar o perder depende del lado en el que estés situado, es obvio que muchas de las promesas que se hacen el último día no se cumplen y que muchas veces ni se intentan, porque los días de gimnasio o el apuntarse a una academia para aprender inglés está muy visto.
No estamos en posición de desear que la persona que queremos que nos bese para celebrar el año nuevo se encuentre a nuestro lado, ni podemos querer que llueva hacia arriba, no podemos sentir frío cuando hace calor.
Podría detenerme en mitad del campo y mirar las estrellas tan fijamente que nunca se me olvidará su posición en el cielo sin esfuerzo, sería posible visitar lugares especiales y llevarme un pedacito de ellos que me recuerde su atractivo.

Puede ser posible que esté pasando, y que pierda el respeto al miedo, cuando se trata de ciertos temas, puede que ya no sienta esa necesidad de andar cuando puedo volar, me gustaría subir a una colina y tirarme en parapente para poder sentir lo que sienten los pájaros al volar, sentir el viento en mi cara y poder disfrutar de una vista diferente de las cosas.

Lo más seguro es que un brillo no se puede ver solo en unos labios, puede que una mirada contenga mas vida que un corazón latiendo o que un montón de palabras escritas en un papel que se leerá un día y desaparecerá. Es cierto que ya no quiero esperar ni ser presa de la timidez cuando lo puedo tener y lo quiero tener.

A mí quizás lo que más me gustaría sería convertir el agua en chocolate y multiplicar el placer que se siente.