Chica conoce chico, chica comparte opinión con chico. Chica se deja llevar por chico. La historia avanza rápidamente gracias al chico y a la chica. Chica comienza a relajarse y no decidir si es una buena idea o no. Sigue pasando mucho tiempo. Chica confiesa al chico sus sentimientos. Chico asiente y no se queja. Tiempo pasa. Chico comienza a estar un poco lejano. Un par de días pasan. Chica estar triste y contar al chico. Chico decidir que es buen momento para decirla que no ha avanzado nada. Chico decir que chica avanzar deprisa y el no querer estar con chica así. Chica estar destrozada. Chica llora y llora, día tras día, noche tras noche. Chica no poder dormir. Chica no ser feliz. Chica no sonreir desde hace más de 3 días. Chica sentirse muy infeliz. Chica estar muy sola. Chica escribir todas sus penas.
... Y comieron perdices y viveron felices...
¡ y una mierda!
Yo ya no me fio de los cuentos, ni de las historias, ni de mis presentimientos.
Te dicen que las cosas no van a la vez, que siempre hay uno más avanzado, que el amor te llega cuando menos te lo esperas, que la menor chorrada hace que sientas por la otra persona. Pero lo que nunca te dicen es que puede que seas la que antes siente, y que la otra persona no sepa esperar a que le lleguen los mismos sentimientos, ¿y cómo acaba ese cuento?
.... Y la chica usó 75687767864 paquetes de pañuelos.
Así acaba mi cuento.
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