Lo que más duele de una traición, no es el hecho en sí (aunque muchas veces es tan duro el golpe que te da que no crees que vayas a reponerte), sino saber que ha sido por culpa de alguien en la que confiabas.
No es solo que te hagan daño, es ver que ha sido tu amigo, esa persona en la que confiabas.
Ya no os quiero decir, si la bomba la hacen dos de tus amigos, ahí te sientes tan destrozada, te falta tanto apoyo que sientes que no vas a poder sobrellevarlo.
Hay golpes duros, y hay cuchillazos por la espalda que te dejan sin respiración. Pensar que podías confiar en alguien y que te haga tanto daño con otro amigo tuyo, es lo más desagradable que os pueden hacer, y más, si saben por lo que estabas pasando.
Si se añaden las mofas sobre la vida de alguien que realmente tiene problemas, y que lo está pasando mal, la combinación es desbastadora. A mi me han puesto una bomba en la confianza, en las ganas de seguir luchando al lado de mis amigos, porque, ¿si son ellos los que me traicionan, como voy a tener fuerzas?. Literalmente no es que me hayan tocado, es que me han hundido.
Aquí me encuentro sentada en mi habitación, uno de los pocos lugares en los que me siento segura estos días, sufriendo como nunca, y pensando que hice yo para merecerme tanto daño. Lo peor es que no me lo merezco, nada de lo que me está pasando... Siento mi corazón en pedazos, por ver que no puedo confiar en nadie, por saber que no puedo ir a acurrucarme con alguien que me diga que va a salir bien, ya sean mis padres o una amiga, estoy tan falta de sensación de apoyo, que me canso de luchar.
Sé que hay 4 o 5 personas a las que les importo, y se lo agradezco, porque se preocupan por mi, aunque luego tengan sus vidas, y no puedan cuidar de mi. Si sigo adelante es porque sé que esas pocas personas saben que no me merezco esto, aunque no puedan hacer nada por ayudarme. Siento que necesito alguien que realmente esté a mi lado y me calme, me ayude a salir y digno de confiar.
Ya no sé ni cuantos pañuelos he gastado, pero sé que seguiré comprando, porque toda esta tristeza que siento en mi interior, va a acabar podiendo con el flequillo guerrero. Ya no sé ni cuanto hace que no sonrio, o que me siento feliz. Dudo que pueda volver a sentir eso, y me da miedo que se haga realidad.
Atentamente, una chica desolada.