Se que por mucho que me esfuerce hay cosas demasiado externas a mi con las que no puedo hacer mas que sobrellevarlo lo mejor que pueda. A veces me esfuerzo mas de lo que debería y luego al ver que no he conseguido nada me entristezco aún más, incluso me enfado sin razón.
No quiero sufrir más, ni sentir que le tengo que pedir permiso a la vida para sonreír, pero parece que es mi destino el sufrir cosas mas duras de lo imaginable... si es verdad que gracias a ellas soy mucho mas racional y madura que la mayoría de gente de mi edad, la pregunta es ¿merece la pena?.
Sentir que tu vida no depende de ti, sino de lo que te vaya a pasar, desespera. Y aunque me diga que todo va a cambiar un día de estos ... hasta que ese día llegue solo me queda luchar como si fuera la última habitante de un lugar que está bajo asedio, y que es importante salvar.
No me quiero rendir, pero ya ni el colacao me da las fuerzas necesarias para soportar el día a día que tengo que soportar. Llevo un tiempo intentando volver a ser yo pero no hago mas que llorar, estar triste y muchas veces cabreada con la vida por ser tan puta conmigo.
Agradecería un poco de calma, volver a mi yo anterior, que la vida se porte un poco bien conmigo, vale ya de darme palos uno tras otro, de hacerme sentir que nunca conseguiré salir de esta racha. Quiero que la fuerza que me sustenta ahora mismo, como un elefante colgado de un hilo, se hiciera tan grande, que ni los Newtons fueran una unidad suficientemente grande para medirla.
Necesito saber que algún día me recuperaré, que las cosas me irán bien, que dejaré de estar enfadada un día tras otro, que seré capaz de sentir, cosa que hasta ahora es inimaginable para mi.
Si hay algo que me duele, es tener miedo de estar donde estoy, de no poder salir de mi habitación por pánico a que pase lo mismo que hace un mes, dos días antes de un examen, pasó. Nunca pensé que tendría tantas ganas de marcharme de un lugar, sin importarme nada lo que haya vivido en él, porque son tan malos recuerdos, tantos miedos y sufrimientos que empañan los bonitos momentos. Solo me queda esperar a ser una persona libre. Sé que hasta que no consiga mi propia guarida, no volveré a ser yo.
Tengo miedo de lo que pueda pasar, pero estoy segura de que no será peor a lo que hay ahora. El miedo que siento ahora, aquí, es mucho mayor que el que tengo a ser una sola persona libre, y responsable de mi misma. A mis 21 años me siento mucho más auto suficiente de lo que jamás nadie podría haber pensado.
El miedo, me da el pequeño empujón que necesito cada mañana para levantarme. Siempre me digo, ''un día menos Irene, para ser feliz, para ser tu, para no volver a sentir miedo''.