No, esta vez no me lo trago

Me aguanto, me aguanto, me aguanto.
Me trago muchas cosas, me las engullo y luego no hago la digestión.
Qué estomago tan pesado siento... lleno de cosas, hasta los topes de acciones sin digerir.

Y es que cuanto más lo pienso mas me indigesto, porque tengo que tragármelo y sufrirlo yo cuando puedo lanzárlo a los cuatro vientos y que se lo coma a quién le toque comerse el marrón.
Enserio, ¿por qué tengo yo que sufrir las cosas que hacen mal otros?, no es que lo absorba todo lo que me rodea, lo que pasa es que me dejo invadir por cosas que me rozan de paso, y luego lo pienso y empiezo a crear mi cómic de terror, sobre lo mal que eso me hace, y ahí ya estoy perdida, en mi estómago otra vez.

Tengo que aprender a des-inhibirme de las cosas que me rozan, comprarme una armadura que me proteja de los rozones y solo deje pasar lo gordo, los mazazos de la vida, los cuales poco a poco he sabido madurar, tragar y digerir.


Porque muchas veces, nos quedamos con lo pequeño y sobrellevamos lo grande, cuando deberíamos saber pasar de las idioteces y poner todas nuestras fuerzas en luchar contra lo grande que nuestra armadura no es capaz de filtrar.