Quizás es el miedo a evolucionar lo que me tiene atada a este lugar. Quiero saber volver a avanzar, dar un paso sin tener miedo de si va a haber suelo detrás. No me apetece pensar en todos los pros y los contras de algo, no quiero racionalizar la vida, perder la espontaneidad o la gracia del no saber que va a pasar y aún así te arriesgas, apuestas fuerte, porque no te importa nada más que seguir evolucionando.
No me gusta la idea de aferrarme a la rutina, al razonamiento ante el sentimiento, baso muchas de las decisiones de mi vida en la lógica, aunque lo más lógico sería dejarme llevar y disfrutar.
¿Y por qué si yo siento esto no puedo hacerlo? ¿ por qué no puedo eliminar la racionalización de mi día a día en momentos en las que no se necesita? Quizás me asusta la idea de no poder ser la dueña de cada momento que pasa, y de volver a sentir cosas que no quiero volver a recordar. Aunque no quiero que mi vida se convierta en una caja donde estén todos los miedos y las cosas a evitar, está claro que en algunas ocasiones es lo más sabio. Y en las que no lo es... me gustaría volver a sentir la libertad que se tiene al sentir el aire golpear tu cara... pero en la vida. En mi vida.
Es nuestra forma de ver las cosas lo que nos marca y no las ideas que rodean nuestra cabeza.
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