En el fondo del pozo.

Hay ratos, en los que pienso, que quizás estoy mejor así. Ahora mismo estoy tan rodeada de problemas, que cualquiera me manda estar en una situación en la que tengo que prestar atención a mil detalles para que todo vaya bien, y cuidarla. Otras veo que la necesito para poder sobrellevar lo otro.

El caso es, que hay veces en las que los malos momentos por los que pasamos, nos ponen a prueba de la manera mas brutal para que mejoremos en nuestra vida. Después de pasar por muchos y bien gordos, yo he llegado a la conclusión, de que lo más sabio es tener miedo del propio miedo.
Yo tengo miles de cosas a las que tengo miedo, pero cuando me paro a pensarlo, todas ellas están creadas por el miedo.

Todos los retos por los que pasamos, y las situaciones dificiles que pasamos, nos hacen mas fuertes según dicen, pero no es tan fácil salir de ellas, a veces caes en un pozo muy, muy profundo, del que no hay salida, sin mucha ayuda, y ahí es cuando te das cuenta de la verdadera gente que está  a tu lado.
Da igual cuanto tiempo lleves sin verla, que si es una gran amistad, ahí estará para tirarte una soga y sacarte del pozo. Ellos, está claro que no te lo van a solucionar, solamente son un apoyo, para que nosotros seamos capaces de crecernos ante las adversidades.

Por ejemplo, y seguro que hay mucha gente a la que le pasa eso, si tienes a tus padres en mitad de una separación, te encuentras muy decaido, y no dejas de pensar que tienes miedo a que nunca encuentres a alguién con compartir todo, alguien que esté a tu lado para lo bueno y lo malo, pero no nos damos cuenta, de que realmente de lo que tenemos miedo, es al miedo de que nos pasen los pozos del resto de la gente. No porque mis padres estén en esta situación, voy a tener que estarlo yo. Yo soy la dueña de mi vida, y puedo decidir como escribirla.

A veces tardamos años en salir del pozo, aunque no nos demos cuenta, estamos dentro, salvo que sacamos la cabeza para respirar cada cierto tiempo, para no ahogarnos en el intento de salir.
Yo últimamente hace mucho que no cojo aire, siento como mis piernas y brazos flojean y no me puedo mantener a flote, pero sé que de aquí a un tiempo respiraré muy profundo, y quién sabe, lo mismo hasta logro salir.