jueves, 7 de julio de 2011
CRY.
Hay veces que tengo ganas de llorar porque si,
de abrazarme a mi almohada y quedarme ahí.
Que se me corra todo el maquillaje... dejarlo todo
negro por culpa del rimel.
Patalear, gritar sin que nadie me oiga.
Y entonces levantar la cabeza, secarme las lágrimas,
limpiarme la cara y levantarme para volver a andar.
Un poco más libre, un poco más desahogada.
Pero hay otras... que me gustaría ahogarme en mis propias lágrimas para volver atrás y cambiar eso que tanto me está haciendo sufrir ahora.
¿Esta vez que elijo?
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