miércoles, 20 de julio de 2011

^·^


Tenía razón. Había perdido toda esperanza, y sabía lo que me esperaba.
No podía dejar de pensar en ello, ¿cómo podía haber fracasado?.
Mi primera idea fue prenderle fuego a todos esos errores, pero luego
al ver que permanecían ideas mas sensatas, me decanté por estas últimas.
Le envié una señal a mi cabeza, pero nada vino a recibirme.
Así pues decidí relajarme y disfrutar del capuccino con canela  y
pepitas de chocolate que tenía entre las manos.
Y ahí se quedó todo.  Había vuelto a la realidad.
No me importaba que había pasado antes, solo lo que me iba a pasar. Después.

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