Pese a mi insistencia, mi subcosciente me traiciona, y lo peor es que en estas cosas no se puede establecer un estado de alarma de esos que lo arreglan todo. No puedo chiscar los dedos y hacer que desaparezcan todos los problemas. ¡Y mira que muchas veces he querido hacer magia!, pero no hay forma.
Por más que lo intento no hago mas que volver al inicio...No hago más que ver la salida.... pero no encuentro el final, ¡ me cachis!, ya me estoy cansando de no poder salir del laberinto, parece que he avanzado pero es entonces cuando doy la vuelta a la esquina y ¡zas! ahí está otra vez la entrada, el inicio, el principio. ¡Volver a empezar de cero!.
Estoy empezando a plantearme dejar miguitas de pan para recordarme que ese camino es el erróneo. ¿Pero de donde sacar el pan?.
¡Quizás antes de encontrar la salida, deba encontrar la barra de pan!, esta bien, empezaré por ahí, a ver si así consigo salir.
¿Dónde debo de empezar a buscar?, ¡Ah ya está, tengo una idea!.
En la almohada, hay gente que dice que hablar con ella soluciona los problemas.
Asi que el próximo día os contaré, porque ahora me voy a tener una larga conversación con sabia compañera de sueños.
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